El jueves, Kevin Mitnick, de 39 años de edad, volverá a poder conectarse a Internet después de ocho años. Lo hará en directo para el programa “Screen Savers” en E.E.U.U. Las autoridades judiciales le prohibieron el uso de cualquier dispositivo que le permitiera conectarse a la Red. El jueves, su condena prescribe.
Kevin Mitnick, uno de los hackers más famosos de la historia, volverá a hacer uso de Internet desde una posición muy distinta, ayudando a compañías a protegerse de gente como él. Aún no ha declarado para qué compañía concreta prestará sus servicios.
“Lo que va a ser más complicado es conseguir que la gente se de cuenta de que todo lo que se ha dicho de mí no es cierto, y de lo que sea cierto, me arrepiento” – confesó a Reuters en una entrevista el sábado. “He pagado mi deuda con la sociedad y ahora intento hacer algo positivo. No puedo cambiar el pasado”.
Mitnick es conocido por llevar al FBI a una verdadera "cacería humana" durante tres años tras su rastro. Todo terminó en 1995 cuando lo atraparon en un apartamento en Raleigh, N.C, gracias a la ayuda de un experto académico en seguridad. Durante la persecución, el genial pirata continuó abusando de sus conocimientos para entrar en redes privadas y ocultar sus huellas. Fue considerado un héroe de culto entre la comunidad hacker y un escurridizo criminal para los jueces que finalmente pudieron sentenciarlo. Desde entonces se le prohibió todo contacto con Internet al ser considerado un ciber-terrorista de alto riesgo. Aunque ahora pueda volver a navegar, no será hasta 2010 cuando pueda hacer dinero con su historia. Esta condición le ha sido impuesta a cambio de la posibilidad de utilizar la web.
“Estoy deseando volver a usar el email- declaró –, mi familia y amigos ya están cansados de tener que consultar los correos por mí, imprimirlos y enviármelos”.
A finales del año pasado, sacó a la venta su primer libro, basado en lo que mejor sabe hacer. La obra se llama 'The art of Deception' (El arte de la decepción), y ya es un best-seller. En él cuenta historias ficticias basadas en su mayor baza, la ingeniería social, esto es, el arte de embaucar a la gente para conseguir datos que le ayuden a entrar en los sistemas.
SERGIO DE LOS SANTOS
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